viernes, 29 de mayo de 2015

Estaba para los altares

No me explico, ahora que soy un viejo amargado, cómo no llegué a los altares; ahora más que todo, que me convertí en ateo.

Hace poco encontré una cita de un tal Elías Nandino en una novela de Mempo Giardinelli  que dice: lo trágico de la longevidad es que uno tiene que contemplar y sufrir su propio derrumbe. 

Pero creo más en lo que agrega Mempo a continuación: la edad provecta es una oportunidad para aligerar los miedos.

Por entonces cumplía siete años, y recibía mi primera comunión... después serían tantas hostias que tal vez me indigesté...

Recuerdo que al poco tiempo, me infecté de sarampión; por entonces no existían las vacunas, y la fiebre era realmente alta; yo la hacía llorar a mi madre, porque le decía que me quería ir al cielo, que allí me estaban esperando; inconscientemente tal vez quería escapar del mundo que me esperaba.

Pantalòn cortito



Qué rabietas me daba, cuando me veía en esta fotografía. Y todo culpa del pantalón, con esa interminable bragueta, que llegaba al infinito.

Más tarde la empecé a querer, incluyendo a mi pantalón; después de todo lo había confeccionado mi madre, con su vieja máquina Singer, al igual de los vestiditos que lucen mis hermanitas. 

Era una verdadera tortura posar para esos retratos; por eso, como yo siempre fui el sumiso, me esforcé para mostrar un ensayo de sonrisa; claro que en ese momento, no imaginaba como lucirían mis pantalones recién planchados; y menos, el cuello cerrado de mi camisa; ¡Qué candor y pulcritud! Sin duda, plena etapa de la inocencia, desafortunadamente ya perdida.

Nilo, el chiquito; después las malas lenguas dirían que se transformó en la oveja negra de la familia; yo lo admiré siempre, fundamentalmente porque había logrado escapar de la férrea tutela maternal, y porque se había atrevido a ser él mismo.

Sonia, la segunda de mis hermanas, muestra su carácter y genio; por entonces era bastante cabrona; luego sería un pan de dios que le dicen.

Noemí, la hermana que me sigue en edad; bellas historias de esa niñez compartida; habrá tenido luego sus dramas, pero a su manera triunfó en la vida, y la sigue disfrutando, quizás mejor que todo el resto.

Incluyo la letra de una canción de Leonardo Favio, titulada ·Chiquillada· 

Chiquillada, chiquillada , chiquillada...

Pantalon cortito
bolsita de los recuerdos,
Pantalon cortito
con un solo tirador.

Con cinco medias hicimos la pelota,
y aquella misma siesta
perdimos por un gol,
una perrita que andaba abandonada
paso a ser la mascota
del cuadro que ganò.

Pantalon cortito,
bolsita de los recuerdos,
pantalon cortito ,
con un solo tirador

Dice el abuelo que los dìas de brisa
los angeles chiquitos se vienen desde el sol
y bailotean prendidos al barrilete
flores del primer cielo, caña y papel color.

Hay...
pantalon cortito,
bolsita de los recuerdos,
pantalon cortito ,
con un solo tirador.

Media galleta
rompiendo los bolsillos
palitos mojarreros,
saltitos de gorrion
los muchachitos de toda la manzana
cuando el sol esta que pela,
se van pa'l cañadon

Ah...
pantalon cortito
bolsita de los recuerdos,
pantalon cortito,
con un solo tirador.

yo ya no entiendo,
que quieren los vecinos
uno nunca hace nada
y a cual mas rezongon,
la calle es libre si queremos pasarla
corriendo tras del aro, llevando el andador.

pantalon cortito,
bolsita de los recuerdos
pantalon cortito
con un solo tirador.

Bolita linda ,
ojito cristalino
te juro ,no te entrego
aunque gane el matòn
dos dientes de leche me costaste , bolita
la soba de la vieja,
pero te tengo yo.

pantalon cortito
bolsita de los recuerdos
pantalon cortito ,
con un solo tirador.

Fiesta en los charcos
cuando para la lluvia
caracoles y ranas,
y niños a jugar
el viento empuja,
botecito de diario
lindo haberlo vivido
para poderlo canta...

pantalon cortito,
bolsita de los recuerdos
pantalon cortito,
con un solo tirador.

Chiquillada, chiquillada, chiquillada

pantalon cortito
bolsita de mis recuerdos,
pantalon cortito
con un solo tirador.

¿te acordas...?

lunes, 18 de mayo de 2015

Ubiese sido un aniversario

18 de Mayo... si hoy... recuerdo los cumpleaños... me llevabas ganando por tres meses... y te fuiste... por supuesto que anunciadamente... viví contigo por treinta y tres años... algunos dicen que es la edad del Cristo que tanto querías... no lo vas a encontrar... como tampoco encontraré consuelo. 


sábado, 2 de mayo de 2015

Preparándome para ser cura

Tenía trece años, y estaba de pupilo en un seminario, para ser cura. Tres años estuve, con otros muchachos, la mayoría de Avellaneda, en un lugar cercano a Buenos Aires. A solo sesenta kilómetros de la capital.
Y quiero contar ésto, porque fueron años apasionantes, pese a la rígida disciplina, y la inevitable religiosidad del ambiente.
Por entonces, teníamos la posibilidad de ver televisión, cosa bastante lejana todavía para para la zona de Reconquista y Avellaneda, en el chaco santafesino.
Cuatro canales de aire -el cable no se había inventado- celosamente comandados con la ruidosa perilla del televisor a válvulas, por el cura rector. En cuanto aparecía una rodilla de mujer, click, crack, crack, y a otro canal. Eran el siete, nueve, once y trece. Después aparecería el dos de La Plata. Hoy son, en ese orden, la TV pública de la puta CFK, nueve  el otro creo se sigue llamando, Telefé   el antiguo Teleonce, y sigue siendo el trece no más, mientras que el de la capital de la provincia se llama América.
Me moría de angustia con el Super Agente 86 porque siempre cuando estaba a punto de besar a la agente 99, algo pasaba que interrumpía ese candoroso momento. Boris Karloff me daba realmente miedo  y no me gustaban los partidos de fútbol que pasaba la tele oficial, en la voz del aburridísimo Aniello, creo que se llamaba. A la derecha de su pantalla señora, a la izquierda de su televisor señor. El agente de Cipol, La Isla de Guilligan,  Los programas cómicos como La Tuerca o Telecataplúm, en los que no se decían palabrotas, y para entender los chistes de doble sentido, había que ser medianamente inteligente. Pepe Biondi, José Marrone -este un poco más zafado, porque andaba en el teatro de revistas que le llamaban por esa época- completaban los programas cómicos. Ya aparecía El Zorro, y titanes en el ring era maravilloso con el circo de Martín Karadagián. De la que me anamoré realmente, era La Nena, Marilina Ross, que con Osvaldo Miranda, hacían una buena comedia. Casino, conducido por Silvio Soldán, era lo máximo, con grandes orquestas en vivo que interpretaban unos tangos de maravilla. Pero en ese programa, aparecían muchas piernas de mujer, aunque vestidas con elegantes trajes de baño enterizos, suficiente motivo para que el inquisidor, nos dejara siempre a medias con ese espectáculo.
La agente del recontraespionaje 99.

El Super Agente 86

Marilina Ross

MI VIEJO

Mi viejo…



-Tené cuidado con las mujeres esas que están esperando en los tapiales.

Pobre, me dijo eso, cuando me despedía para mi incorporación al servicio militar. No se animó a decir tené cuidado con las putas, pero fue la única vez que me habló de sexo explícito.

Veinticinco años antes, él había estado en el regimiento donde reclutaban a los colimbas, en la ciudad de Santa Fe. Conservo fotos de él en esa instancia, donde un viaje de 320 kilómetros, era una odisea transoceánica. Se salvó por número bajo. Yo pensaba que me pasaría lo mismo, pero no tuve esa suerte. Eran los comienzos de épocas difíciles en Argentina allá por el 1974.

Mi madre lloraba como si iba yo a la guerra. Tal vez le tenía miedo a las putas, también, no sé.

Mi viejo era demasiado bueno. Muchas veces le vi, en su cara, marcado el sufrimiento. Creo que yo no se lo provoqué. La vida misma habrá sido.

Estoy convencido que nunca pudo darse el gusto con una puta. Lo lamento. Era un buen padre y esposo fiel.

Después comprendí algunos de sus sufrimientos y angustias. No venían para nada de lo que se había privado, sino de lo que lo habían privado. O que él mismo se despojó. 


Por ser tan bueno se murió. ¡Cómo si a mí no me va a pasar!