sábado, 11 de abril de 2015

Si pudiese seguir soñando.

Si pudiese seguir soñando.

Si pudiese dormir cuatro horas seguidas, sería feliz. Si pudiese dormir esas cuatro horas, sin alcohol y sin drogas, también sería feliz. Por una cuestión de prurito, aclaro lo de drogas; legales: relajantes, ansiolíticos, ocasionalmente algún derivado de opiáceos. Si pudiese dormir…

De todos modos, sería inmensamente feliz, si los días que me restan vivir, pudiese pasarlos sin dormir un instante siquiera. Y baso esta afirmación de deseo, en un corolario surgido del siguiente razonamiento.

Me pongo a hacer cuentas, y las matemáticas son asombrosas, porque aparte de no fallar, cantan verdades. Llego a la conclusión de que a esta  altura de mi vida, con un pequeño margen de error, me la he pasado durmiendo veinte años. Más de ciento setenta mil horas. ¡Un verdadero desperdicio!

Busquémosle el lado positivo. Veinte años soñando. Escucho a Carlos Gardel cantando “Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada,…”, con la inspirada letra de Alfredo Le Pera, que más adelante me recuerda  “Tengo miedo de las noches que, pobladas de recuerdos, encadenen mi soñar.”

Fueron mucho más que veinte años de vivir soñando. En los primeros tiempos, soñaba que era un niño bueno, adaptado a los deseos de mi madre, y creciendo en sabiduría. Un buen hijo, un mejor hermano, un querido sobrino y un mimado nieto.

Después, soñaba que era un apuesto joven, exitoso estudiante, preparado para ser motivo de aplausos por calificaciones, con vocación de músico, escritor, dramaturgo.

Más adelante, acatando los caminos de la vida, un ejemplo de esforzado trabajador, para beneplácito de mis jefes. Éxito efímero de una mundana e intrascendente fama.

En otro orden de cosas, soñaba ser un excelente novio, un envidiable esposo, un magnífico padre, y en esos roles me tocaba actuar, pero desde el escenario de mi vida, no escuchaba los cumplidos; posiblemente seguía soñando.

Hoy sueño que estoy soñando, y admito, con Pedro Calderón de la Barca, con “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”  

Abril de 2015

HOMERO ALCIBIADES RACETO